viernes, 23 de diciembre de 2011

Acabamos el trimestre. ¡Feliz Navidad a todos!

Con la misa presidida por nuestro Obispo D. Julián, y concelebrada por los vicarios de la diócesis, así como los formadores del seminario dimos gracias a Dios por los muchos dones que nos ha concedido en estos meses de curso. La evaluación que hicimos de ellos nos dejó buen sabor de boca: ¡Ha sido un tiempo de gracia!
A continuación compartimos la cena, más solemne que de costumbre. En ella nos acompañaron, como es tradición, el personal que trabaja en el seminario, las señoras que se ocupan de la limpieza y la comida, y el portero de la casa.

Y terminamos cantando villancicos, Adeste fideles y Noche de paz, ante el Belén que siempre ponemos a la entrada del seminario.

TODA LA COMUNIDAD DEL SEMINARIO OS DESEA DE CORAZÓN UNA FELIZ NAVIDAD Y QUE EL PRÓXIMO AÑO ESTÉ LLENO DE PAZ Y BENDICIONES.

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lunes, 19 de diciembre de 2011

Un día por Cistierna

   Aprovechando la festividad del día 6 de diciembre fuimos de excursión a Cistierna. Allí está nuestro compañero Froilán realizando la etapa de pastoral. Comenzamos el día con la Eucaristía, a continuación vimos el Belén que está en la parroquia y que ha sido traido de Tierra Santa. Después visitamos la Casa de Fraternidad (hogar de los transeúntes) y la ludoteca, ambas actividades son coordinadas por Cáritas. Finalmente subimos a la ermita de San Guillermo, donde hicimos una breve oración al santo.



Jorge Amado Menéndez 1º de Estudios Eclesiásticos

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sábado, 17 de diciembre de 2011

Convivencia de Mar Adentro en Adviento


Ayer, viernes 16 de diciembre, tuvimos el encuentro mensual del grupo vocacional “Mar Adentro” en nuestro seminario. En esta ocasión, la dinámica del encuentro fue diferente. Compartimos una oración de Lectio Divina.

¿En qué consiste la Lectio Divina? Se trata de un modo de orar con la Palabra de Dios, que tiene un origen muy remoto en la tradición de los monasterios.
Se desarrolla a partir de un texto bíblico concreto, sea del Antiguo o del Nuevo Testamento, que se proclama primero y se lee personalmente después.
• Ese es el primer paso, la Lectio (lectura). En este momento, en silencio, cada uno se pregunta por el significado más profundo de la Palabra, por los personajes que intervienen, sus reacciones, aquello que sucede, etc. Al término de esta reflexión se puede compartir espontáneamente lo que se ha descubierto.
• Después llega el segundo paso, la Meditatio (meditación), en el que profundizamos aquello que Dios puede estar diciéndonos personalmente a través de esta Palabra. Es increíble descubrir lo que puede decirnos la Escritura cuando dedicamos un tiempo a explorar cualquiera de sus textos. En el momento de la meditación nos preguntamos si estamos reflejados en alguno de los personajes, si hay alguna palabra que nos llame más la atención por algo, si Dios por medio de su Palabra nos está llamando a algo…. Se comparte brevemente aquello que se va descubriendo con la luz del Espíritu Santo.
• En el tercer y último paso, la Oratio (oración), convertimos lo meditado en oración, bien sea de súplica, de gratitud, de intercesión… cada uno lo que la Palabra haya suscitado en su interior.

En esta tarde, la Palabra que tomamos para hacer la Lectio fue Marcos 4, 35-41:

Este día, al atardecer, les dice: «Pasemos a la otra orilla.» Despiden a la gente y le llevan en la barca, como estaba; e iban otras barcas con él.
En esto, se levantó una fuerte borrasca y las olas irrumpían en la barca, de suerte que ya se anegaba la barca. El estaba en popa, durmiendo sobre un cabezal. Le despiertan y le dicen: «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?»
El, habiéndose despertado, increpó al viento y dijo al mar: «¡Calla, enmudece!» El viento se calmó y sobrevino una gran bonanza.
Y les dijo: « ¿Por qué estáis con tanto miedo? ¿Cómo no tenéis fe?»
Ellos se llenaron de gran temor y se decían unos a otros: «Pues ¿quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen?»

Fueron muchas las ideas que descubrimos en el texto, entrando en diálogo de oración con él. Os apuntamos algunas:
• En la historia de nuestra vida, nos ocurre como a los discípulos que creen que Jesús se ha despreocupado de ellos, pero Él va a la popa
• Jesús les invita a “pasar a la otra orilla”, a arriesgarse, a dejar sus seguridades, es la historia de toda vocación
• Jesús, al ir durmiendo, expresa que confía su suerte a los discípulos, que confía más en ellos que ellos mismos, lo mismo ocurre con nosotros
• Viene una gran bonanza cuando se fían de Jesús y le dejan actuar
• Jesús es la calma, la paz, el que es digno de fe, le podemos confiar toda nuestra vida
• Sólo quien tiene poca fe se queda paralizado por el miedo y no responde a la llamada de Jesús

Terminamos este tiempo tan rico en oración y en compartir la propia vida con esta oración:

Señor, devuélvenos la esperanza, para vivir con alegría,
Señor, a veces el miedo nos invade y nos hace perder la fe.
En las tempestades de la vida, nos pareces dormido,
Pero nos hablas al corazón.
Que en estos momentos recordemos que Tú también,
Señor, pasaste por el desierto.
Pero hoy vas en nuestra misma barca.
Que reconozcamos tu presencia cuando las cosas vayan bien
Y cuando surjan olas, tempestades, y problemas que debemos solucionar.
Amén

¡Feliz tiempo final del Adviento!

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viernes, 16 de diciembre de 2011

Sacerdote... para todos

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jueves, 8 de diciembre de 2011

El Papa pide a la Inmaculada por los que "carecen de trabajo" y están "privados de libertad"



Benedicto XVI ha pedido en la Solemnidad de la Inmaculada por "las necesidades y angustias" de aquellos que "están privados de libertad, carecen de trabajo o pasan por momentos de dificultad o dolor".

El Santo Padre ha realizado esta petición durante el tradicional ángelus recitado con ocasión de la Solemnidad de la Inmaculada que la Iglesia celebra este jueves en todo el mundo.

Además, el Papa ha destacado que la expresión de "llena de gracia" con la que el Arcángel Gabriel se dirige a María en la Anunciación indica "la obra maravillosa del amor de Dios, que ha querido volver a darnos la vida y la libertad, perdidas por el pecado, a través de su Hijo Encarnado, muerto y resucitado".

Por ello, según ha recordado Benedicto XVI, desde el siglo II en Oriente y Occidente, la Iglesia "invoca y celebra la Virgen que, con su 'sí' ha acercado el Cielo a la Tierra" y pasando a ser "generadora de Dios y nutriente de nuestra vida".

Finalmente, ha recordado que la Iglesia es también "virgen y madre de todos los cristianos" que "con la fuerza secreta del Espíritu Santo les concibe y les da la luz, ofreciéndoles a Dios para que sean también llamados hijos de Dios".

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domingo, 4 de diciembre de 2011

Sacerdotes y bomberos, felices.

 Tomamos prestada esta bonita reflexión del blog de Jesús Manleón, poeta y cura :

Leo la noticia y sonrío. Me pone contento. Según un estudio realizado en la Universidad de Chicago, el trabajo del sacerdote es considerado en el mundo como el empleo más feliz. Luego viene el de bombero. Yo, que soy sacerdote, vuelvo a sonreírme por la coincidencia. La principal o una de las principales labores de los bomberos es apagar incendios. Vaya, en eso hay alguna similitud: también a nosotros nos toca apagar algunos fuegos... La felicidad de los esforzados trabajadores de la escalera y la manguera se basa, según ellos, en que con su trabajo “ayudan a la gente”. Aquí, sí, la coincidencia, en distinto escenario, cuadra.

La noticia –sigo sonriendo- me obliga a preguntarme si soy feliz. Me lo pienso sólo un instante. Sinceramente, sí. Una de las claves –no la única- consiste en saber que la felicidad, en este mundo, es limitada. No se puede sentir uno bien todo el tiempo ni con el máximo de intensidad. Esta afirmación parece baladí, pero no lo es si se tiene en cuenta que hay quien acude instancias como el alcohol o la droga dura para alcanzar el “éxtasis” y, si posible fuera, para permanecer en él. Obviamente, es un procedimiento contrario a la naturaleza que a la larga, lejos de proporcionar la felicidad, la destruye. Se hace esencial, pues, la sabiduría de saberse limitado para sentirse feliz. Pretender desordenadamente “el todo” es un principio de infelicidad.

Soy razonablemente feliz. Tengo fe en Dios, confío en Él. Me siento querido. Tengo una salida en Él ante cualquier circunstancia. Cuento con la compañía y el afecto de gente cercana. Vivo mi fe con la comunidad. Yo les ayudo y ellos me ayudan. Cualquier vida larga como la mía ha tenido que apechar con algún trago amargo. Por otro lado, a un seguidor de Jesús no le suele faltar algún modo de persecución o desafecto. Pero, gracias a Dios, mi temperamento no me lleva a la paranoia o a la manía persecutoria. Y, en cambio, te encuentras también con muchos que te aceptan, casi incondicionalmente, porque participan de tu misma fe. “Nada humano me es ajeno”. La fe, a menudo laboriosa, no nos hace superhombres ni supernada. No nos resuelve mágicamente los problemas, ni nos saca del mundo, ni nos lleva a vivir bobaliconamente con los ojos cerrados. La fe y sus beneficios no nos transportan a las nubes... Pero, qué demonios, vuelvo a recordar la noticia y sonrío... Mira por dónde, elegí una de las profesiones más felices. La más feliz, según esos investigadores de la Universidad de Chicago.

No sé si la encuesta será muy rigurosa, pero no tengo motivos para dudar de ella. Y yo, pobre de mí, ya me he apuntado a ese cien por cien de “empleados” con suerte...

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viernes, 2 de diciembre de 2011

Tiempo de Adviento....

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